Practicar sexo en la oficina podría ser una terapia muy beneficiosa tanto para los trabajadores como para las empresas. Al fin y al cabo, más importante para que el rendimiento de un trabajador sea óptimo es que se encuentre feliz y en un entorno que le permita disfrutar de esa felicidad. ¿Cómo podemos hacer más feliz a una persona que permitirle que se sienta realizado sexualmente también en el entorno laboral? En realidad, se me ocurren pocas cosas más interesantes y motivadoras de aquellas que pueda ofrecer una empresa a sus empleados. El sexo en la oficina seguro que supondrían una revolución en el mundo de la motivación laboral.
La búsqueda de la empresa por lograr el bienestar de sus trabajadores que, finalmente, redunde en un mejor rendimiento de los mismos, no tienen límites. Hace tiempo que fueron llegando para quedarse las guarderías, los gimnasios y las salas de esparcimiento a los centros laborales. El objetivo es facilitar la vida al empleado para que su rendimiento sea mayor. En esa misma línea se han dado en organizar diferentes encuentros entre empleados, empleados y sus familias o otras variaciones en la misma línea. Encontrar un espacio adecuado para practicar sexo en la oficina puede ser un paso más en esta búsqueda.
Es algo de sobra conocido que el orgasmo, cuando se alcanza por una persona, le desata un torrente enorme de hormonas que fluyen por el propio cerebro y, como no puede ser de otra manera, afectan a cada una de nuestras ocupaciones incluido, por supuesto, el trabajo.La motivación extra que podría añadirse a la expectativa laboral de cada uno podría ser de dimensiones enormes
Otro aspecto tremendamente positivo del sexo en la oficina es la cantidad de relaciones personales entre trabajadores que mejorarían significativamente. La confianza entre compañeros podría alcanzar unos niveles realmente satisfactorios para la empresa. Sinceramente, yo no veo más que ventajas.
La propuesta queda lanzada desde aquí. Ya sólo falta que un empresario con visión de futuro y con ganas de hacer la vida de sus empleados más feliz se atreva a planteárselo y, finalmente, llevarlo a cabo. Estaremos atentos.