Existen un buen número de cualidades sexuales que resultan especialmente atrayentes para el sexo opuesto. Las mujeres valoran en la cama determinados aspectos de forma especial. De la misma manera, los hombres destacan una serie de factores en las mujeres, siempre hablando del plano sexual, que sitúan por delante de otros tipo de características que, en cualquier caso, también pueden resultar importantes para el encuentro carnal. Hoy nos vamos a detener en las cualidades sexuales del hombre que más valoran las mujeres.
Una de las cualidades sexuales del hombre más valoradas por la mayoría de las mujeres es la capacidad para besar bien. Es sandio que gran parte de las mujeres tienen un impulso romántico ciertamente destacable, sin embargo, esto no es óbice o valladar para que, al mismo tiempo, cuenten con un ardiente impulso sexual. Si hay un ejercicio que aúna estas dos condiciones perfectamente, es el beso. Sin embargo, el problema es que, no siempre los hombres le dedican el tiempo y el cuidado necesario a este menester.
Pasada la fase de los besos, las caricias son el siguiente aspecto más valorado por las mujeres en el plano sexual. Lógicamente, cuanto más recorrido tenga la investigación corporal del varón con respecto de su pareja mayor será el placer que despierte en ella. Las caricias, bien realizadas, sin prisas y con ternura, siempre son una apuesta segura.
La correcta práctica del sexo oral es otra de las cualidades del hombre que una mujer suele valorar. En realidad, la mayoráid e las mujeres piensan que cuando un hombre es capaz de practicar un buen sexo oral, todas las demás cualidades pasan a un segundo plano. El manejo de la lengua y su forma de interactuar com los labios inferiores, superiores y, por supuesto, clítoris son un milenario arte muy valorado por casi todas las féminas.
Pero, sin ningún género de dudas, de todas las cualidades sexuales del hombre, la más valorada por todas las mujeres del mundo es la capacidad de éste de quitarse los calcetines antes de practicar el sexo. No existe una situación que sea capaz de acabar de forma más efectiva con el morbo de una mujeres que contemplar a su pareja en plena faena y con los calcetines puestos.