El sexo ocasional es una práctica especialmente recomendada para determinados colectivos sociales. Como cualquier otro tipo de relación sexual, tiene su parte positiva y la negativa. La ausencia de relación afectiva en torno al sexo puede ser una circunstancias extraordinariamente morbosa, cosa que lo hace aún más atractivo si cabe. La parte negativa, en cambio, está en que, al enfrentarnos por primera vez a nuestra pareja sexual poco conocemos de sus preferencias sexuales y poco conoce ella de las nuestras. Si ya resulta bastante complicado conocer los gustos sexuales de alguien cuando la relación es habitual, en el caso del sexo ocasional, aún se hace más complicado.
Por supuesto que no hay fórmulas estándar que funcionen con todas las personas. Es fundamental tener presente este punto. Las cosas que sexualmente pueden funcionar con determinadas personas, con otras pueden no hacerlo y viceversa. A modo de ejemplo, es posible que a determinada mujer le exciten las caricias en las cercanías del ano y, en cambio, a otra mujer le suponga un importante problema que llegue, incluso, a bloquear su excitación. por eso es muy importante que, cuando nos encontramos ante una situación de sexo ocasional, estemos muy alerta para detectar todo tipo de señales que nos den alguna pista sobre gustos y preferencias y, también, sobre aquellas cosas que disgustan.
Igual que en la mujer el ejemplo típico de acción que puede provocar rechazo o excitación sexual, según la persona, es el tratamiento del ano, en el caso del varón, aunque el ano también nos hubiese podido valer, podemos poner el ejemplo de los pezones. Hay hombres a los que excita terriblemente que le estimulen los pezones, un causo con los dientes, sin embargo, esa misma conducta increíblemente excitante para unos, se puede convertir en algo que arrastre por el suelo la libido de otro tipo de hombre.
Lo que está claro es que el sexo ocasional nos enfrenta a personas de las que no conocemos sus preferencias sexuales, por lo que debemos estar más atentos que nunca si lo que queremos es hacer disfrutar y disfrutar una experiencia sexual, probablemente, irrepetible.