SI la pregunta es: «¿una mujer se masturba?» la respuesta es: «no, se masturban todas». Las sociedades machistas de cualquier época seguro que han venido deseando e, incluso, creyendo que la realidad era la aque ellos querían, es decir, una mujer sumisa a su hombre y capaz de obtener placer, únicamente, cuando él lo desease. Evidentemente, ni esto es así ni nunca lo fue. El tabú, con toda seguridad, se ha ido conformando a lo largo de largos años de represión machista y de educación tendenciosa y limitada. La mujer se masturba desde siempre y, por siempre, lo seguirá haciendo De la misma manera que el hombre. La naturaleza humana incluye, como no podía ser de otra manera, el sexo, y la autosatisfación, la exploración del propio cuerpo es parte indivisible de él.
La mujer, al igual que el hombre, ha de atreverse con el propio cuerpo. Se ha de atrever a eplorarlo, a recorrer cada rincón, a entender cómo funciona, en definitiva, a explorarlo sin ningun tipo de reparo. Sin embargo, la historia nos ha ido dando sociedades mahistas que se ahn encargado muy mucho de reprimir esta necesidad vital, espeialmente en lo que a las mujeres se refiere.
Cada mujer, lógicamente, se masturba como quiere. No hay una técnica común a todas ellas. Sin embargo, el clítoris, aunque sigue siendo un gran desconocido par ala mayoría de los hombres, ya no lo es, en absoluto, para las mujeres. Tanto es así que el gran protagonista en casi todas las formas de masturbación femenina es el clítoris. Las formas son muchas. Se puede hacer con los dedos presionando directamente el capuchón o tomándolo desde un poco más arriba. Se puede hacer con el chorro de la ducha o frotando fuertemente los muslos. Se puede hacer con la mano extendida o utilizando unos pocos dedos. Las formas de autogestionarse el palcer para una mujer son infinitas.
Pero, aunque es cierto que el clítoris es un nido de terminaciones nerviosas, no es el único lugar de la anatomía de la mujer adecuado para excitarse durante la masturbación. La vagina y los pliegues que la rodean, la cara interna de los muslos, los pezones, el ano o el cuello son lugares muy indicados para aplicar excitación sexual a una mujer mientras se masturba.