Elegir una hora para tener sexo es algo a lo que todos nos hemos enfrentad. Es bastante usual que cualquier persona tenga una hora ideal para practicar sexo. Unos lo prefieren por la mañana, para otros la tarde es la mejor hora, están los que prefieren la noche y, no hay que olvidarnos de ellos, existe un grupo bastante significativo de personas a los que cualquier hora les viene bien si de practicar sexo se trata. Sin embargo, ¿podemos decir, con algún tipo de evidencia, que podemos elegir una hora para tener sexo en la que tengamos algún tipo de ventaja? La respuesta es sí. Al menos eso dicen las conclusiones del reciente estudio publicado por el departamento de psicología aplicada de la Universidad de Manchester, sin duda, una de las más prestigiosas del Reino Unido.
El estudio detalla qué momentos son más adecuados para mantener relaciones sexuales. Nos da una idea, en definitiva, de cómo elegir una hora para tener sexo. El estudio en cuestión está basado en la cronobiología. Se trata de una disciplina no demasiado conocida para el gran público que se encarga de estudiar las variaciones que existen en nuestra actividad biológica. Para ello, se seleccionó un grupo de personas que fueron sometidos a un riguroso control de sus biorritmos y de sus variaciones durante las 24 horas del día y de cómo los cambios que se originaban en ellos afectaban a cuestiones como su nivel de felicidad, su cansanció físico y, incluso, su apetito sexual.
Las conclusiones fueron contundentes. La primera hora de la mañana resulta ser el momento mejor para mantener sexo. Aprece que las mujeres alcanzan en este momento su mayor nivel de estrógenos y, además, los hombres suelen despertarse con los niveles de testosterona completamente disparados. Los autores del estudio señalan que es la suma de estos dos factores la que determina la idoneidad de la mañana a la hora de elegir una hora para tener sexo. Lo que no concreta el estudio es una hora determinada que puede ser diferente en diferente personas. Parece que el hecho de haber tenido la posibilidad de recuperar al organismo de los esfuerzos de un día completo de actividad a través del sueño nos hace estar mejor preparados para enfrentarnos a una dura sesión de sexo.
