La sexualidad es una parte importante en el ser humano. El amor, el afecto y la intimidad sexual juegan un importante papel en las relaciones sanas. También contribuye a desarrollar la sensación de bienestar así como el cuidado de las emociones, mirando hacia fuera para detectar con antelación los factores de riesgo y, de esta manera, poder salvaguardarnos a tiempo.
La actividad sexual nunca debe implicar empujar a una persona a hacer algo que, en realidad, no querría hacer. Entrar en una actividad que no se quiere hacer o de la que se tiene miedo es, sin duda, la mejor receta para dañar los sentimientos de alguien, además de contribuir a aumentar la falta de confianza, pudiendo alcanzar, incluso, un sexual y emocional.
Es fundamental para el desarrollo de la comunicación sexual sólida establecer unos límites sexuales y emocionales con su pareja. Las prácticas sexuales inseguras son poco adecuadas y establecen una extraña relación poder y sometimiento no aceptado que pueden hacer que una persona llene a alcanzar un profundo rechazo hacia relaciones sexuales y se muestre vulnerable ante la posibilidad de encuentro sexual. En este sentido, las mujeres jóvenes pueden ser particularmente vulnerables. Una sexualidad sana nada tienen que ver con esto.
La salud sexual es la capacidad de abrazar y disfrutar de nuestra sexualidad a lo largo de nuestras vidas. Es una parte importante de nuestra salud física y emocional. El logro de la salud sexual permite relaciones saludables, embarazos planificados y la prevención de las ITS. Sentirse seguro acerca de la salud sexual es también muy importante. Es por eso que es esencial estar bien informado sobre todos los aspectos de la salud sexual y lo que se necesita para tener una vida sexual satisfactoria.
El sexo seguro es un tema muy importante que requiere mucho más tiempo que el que un simple blog puede dar. Sin embargo, las premisas básicas para poder disfrutar de forma segura de nuestra sexualidad se basan, por un lado, en la protección efectiva frente a la amenaza de la transmisión de enfermedades contagiosas y de embarazos no deseados y, por otro lado, en el respeto riguroso y absoluto a los límites establecidos de común acuerdo con nuestra pareja sexual.