Las Real Dolls están a punto de llegar. A comienzos de 2017 harán su aparición estelar en el mercado de los jueguetes eróticos. Hablamos de unas muñecas con cerebro que pueden ser programadas para mantener con sus propietarios diferentes variedades de sexo e,incluso, un amplio abanico de conversaciones. No se trata de una muñeca hinchable, ni mucho menos. Tampoco de una de esas muñecas japonesas que parchen mujeres reales. Esto va mucho más allá. Estamos hablando de una muñeca sexual con capacidad para decidir. Increíble.Ya están aquí las Real Dolls.
Los creadores de las Real Dolls aseguran que la principal diferencia entre su creación y el resto de muñecas sexuales avanzadas es la capacidad que estas tienen para mostrar signos de inteligencia. Portarán una cabes robótica con un diseño especial que le permitirán no sólo satisfacer sexualmente a su propietario sino, además, mantener conversaciones inteligentes con él. Es un poco lo que todos los varones usuarios de iPhone hemos hecho con el Siri. Bueno, pero con una dimensión mucho mayor, por un lado, y con una muñeca hiperrealista, por otro lado.
El precio de mercado de las Real Dolls no será nada barato. Según su creador, Matt MacMullen, quien se dé el capricho de adquirir una tendrá que pagar desde 6.000 euros por la muñeca más otros 8.000 por el cerebro. El precio incluirá la personalización del producto a los gustos de cada individuo. Así, podremos elegir una rubia, alta, de pechos pequeños y con los ojos claros o una morena de tetas enormes, con ojos marrones y culo envidiable.
Sin duda las Real Dolls abren la puerta a una suerte de sexo tecnológico que no habían alcanzado tal nivel de sofisticación hasta ahora. Por supuesto, este tipo de juguetes no sustituirá a las mujeres par la práctica del sexo. Al menos en la mayoría de sus usuarios. En realidad, es más bien un sustitutivo avanzado de la masturbación en solitario. El sexo en compañía nunca se podrá sustituir. Al menos, eso es lo que pienso hoy. Veamos cómo avanza la tecnología en este sentido. Lo que sí es cierto es que hace apenas unos años no podíamos prever el nivel de avance tecnológico que este campo nos ofrecería.
