El semen es el mejor antidepresivo que existe. Eso es un hecho. Muchos piensan que esta afirmación es una broma, pero no es así. ni mucho menos. Por supuesto, esta no es la única cualidad de este increíble fluido pero, sin duda, es una de las más llamativas. Si, entre todas ellas, hay una que destaque, sin duda, esa es su cualidad antidepresiva. La calidad que tiene el semen de mejorar los estados de ánimo de las personas es espectacular.
El secreto puede estar en que el semen contiene una gran cantidad de sustancias químicas que realizan las mismas funciones que un antidepresivo. El alto contenido en estrógeno, prostlagandina y oxitocina hace que sus efectos antidepresivos sean realmente potentes. Las reacciones que produce el cerebro, cuando estas sustancias llegan hasta él tras haber sido absorbidas por el torrente sanguíneo, tienen la capacidad de mejorar el estado de ánimo del individuo en cuestión.
El problema principal que tienen la ingestión de semen es el síntoma de abstinencia que provoca cuando su consumo es habitual y prolongado en el tiempo y se cesa abruptamente de consumirlo. Las sustancias contenidas en el semen son capaces de provocar adicción, lo que supone los inconvenientes que produce cualquier proceso de deshabituación a otro tipo de sustancia adictiva. Sin embargo, cuando se producen circunstancias como el cambio de pareja, cuando se ha estado con una mucho tiempo, o de un encuentro esporádico, resulta fundamental sobrepasar el síndrome de abstinencia, antes de tener un encuentro sexual de riesgo.