Los tríos sexuales se remontan a una echa tan antigua como el propio sexo. En realidad, no es más que una variante del sexo convencional. A veces resulta conveniente que se mecen la realidad del sexo con el placer de nuestra imaginación. Cuando esto sucede aparecen cosas como los tríos sexuales. De hecho, parece que en los últimos años, se están poniendo de moda. Sin embargo, no debemos confundirnos pensando que son un invento del presente, en realidad, no hay más que mirar a la antigua Grecia y a las costumbres sexuales imperantes en la época para comprobar que esto no es así.
Sin embargo, en determinados ámbitos sociales, no se habla con claridad y transparencia de los tríos sexuales. En realidad, si aún no hemos sido capaces de normalizar el sexo para, por ejemplo, hablara de determinadas posturas sexuales con la suficiente naturalidad, mucho más divicil ha de resultar hablar de este tipo de experiencias sexuales que escapan de la normalidad.
Parece evidente que no resulta lo mismo tener sexo con una persona que tenerlo con dos simultáneamente. Incluso, dentro de los tríos sexuales, las diferencias son abismales, ya no en la configuración, es decir, entre dos hombres y una mujer o dos mujeres y un hombre o, incluso, entre tres personas del mismo sexo, sino entre conocidos o personas desconocidas, si la nuestra pareja participa o no. Las posibilidades en lo que a combinaciones se refiere son innumerables.
Pero si hay algo que debe estar presente siempre en los tríos sexuales es que la predisposición de los tres participantes debe ser completa. En este tipo de encuentro sexual, cada persona ha de cumplir su rol. Cuando esto se cumple y se lleva a rajatabla resulta muy difícil que la experiencia termine en un fracaso sexual. Muy al contrario, se convierte en una vivencia más que recomendable.
Los sectores más represivos de la sociedad aún consideran que los tríos sexuales son una perversión sexual. por suerte, el tabú cada vez se va haciendo más y más pequeño. La represión sexual cada vez es menor y, con fuerza, se emergen ante nosotras un mundo de libertades sexuales que nos permiten disfrutar del placer sexual en su máxima expresión.