San Valentín 2015, sin duda, ha venido marcado por el estreno de la película «50 sombras de Grey». El film de Sam Taylor´Johnson, basado en el archiconocido libro con el mismo título, ha sido un absoluto éxito en los primeros días de exhibición, tanto en España como en el resto de los lugares donde se estrenaba. Multitud de parejas han querido maltratarse durante dos horas al comprobar, por la comparación, la monotonía que reside en su vida sexual. Muchas, ya conscientes de ello, simplemente han ido a coger algunas ideas que, al menos durante un tiempo, pongan algo de sal y pimienta a sus relaciones. El caso es que, lo realmente «in» durante el pasado San Valentín, al menos para los emparejadas, ha sido ir juntitos de la mano al cine a ver cómo los protagonistas nos mostraban sus nada convencionales juegos sexuales.
Sin embargo, a pesar de que sea la ultima de las apariciones, existen en la Historia del cine convencional un buen número de películas cuya trama encerraba, al menos, una relación de alto contenido sexual. Este tipo de películas han sido utilizadas cada San Valentín por los enamorados para dar rienda suelta a su imaginación. En todos los casos, destacan las historias apasionadas con un importante número de escenas subiditas de tono y, sobre todo, con una tratamiento del sexo que, por un motivo u otro, se salen de lo corriente.
Adrian Lyne, en 1986, estrenaba la célebre «9 semanas y media», en al que un atractivo, aún, Micky Rourke y una espectacular Kim Bassinger vivían una atormentada relación salpicada con inolvidables momentos absolutamente estelares del cine erótico. Otra de las célebres películas con contenido altamente erótico y, por supuesto, recordada por gran multitud de parejas cada San Valentín es «Crahs», la inolvidable película de David Cronemberg estrenada en 1996 y que cuenta con una gran cantidad de escenas con alto voltaje sexual. «El imperio de los sentidos», cita mítica, estrenada en 1976 o «El último tango en París», de Bernardo Bertolucci, estrenada en 1972, son sólo algunos de los clásicos de este tipo de cine que, inevitablemente, cada año, por San Valentín, vuelve a ser consumido de forma compulsiva.
