Tener un orgasmo permanentemente puede que, en principio, pueda parecer un buen plan. Sin embargo, las mujeres que padecen este tipo de problema no suelen estar de acuerdo. La realidad es bastante diferente. Existen mueres que, sin ningún tipo de excitación sexual previa, sin ningún tipo de estímulo, alcanzan un orgasmo que, contra su voluntad, no desaparece. A este problema se le conoce con el nombre de «síndrome de la excitación sexual persistente» o, también, «trastorno de la excitación genital persistente». También suele verse nombrado por sus acrónimos PSA ó TEGP. A día de hoy, más de un millar de mujeres en todo el mundo han sido diagnosticadas de este problema que tienen que ver con el orgasmo.
El problema real de las mujeres que se enfrentan a diario con este trastorno llega cuando la repetición sistemática y continua del orgasmo afecta al desarrollo normal de su vida y, como consecuencia de él, no puede realizar rutinas básicas para su vida como, por ejemplo, asistir normalmente al trabajo o, sin ir más lejos, viajar en transporte público con normalidad. Basta con hacer un ejercicio de imaginación para poder entender cómo puede llegar esta circunstancia a limitar la vida de una persona,
Multitud de estudios médicos realizados alrededor de este problema coinciden en los diferentes orígenes que puede tener el síndrome en cuestión. Los factores neurológicos, así como los vasculares, hormonales son los más frecuentes. Sin embargo, existen otras causas que pueden estar en el origen de esta suerte de orgasmo interminable. Sin duda la más controvertida es la que origina el problema como consecuencia de los efectos secundarios de determinados medicamentos.
Si hay una característica de nuestro cerebro que le distingue significativamente del del resto de animales es su capacidad para transformar en un estímulo sexual cualquier cosa que podamos imaginar. De hecho, multitud de circunstancias que para la mayoría de la población pudieran no suponer un estímulo sexual, para otras personas sí que lo supone. Puede que en esta afirmación resida el verdadero origen del orgasmo permanente en determinadas mujeres. Sin embargo, las investigaciones aún están lejos de encontrar una forma eficaz de solucionar este problema a aquellas mujeres que lo padecen.
