Pensar en sexo es habitual y completamente normal en todos y cada uno de los hombres que habitan la faz de la tierra. No se libra ni uno. No hace mucho que se extendió virilmente una información, completamente falsa, que venía a decir que los hombres, en promedio, solían pensar en sexo una vez cada siete segundos. En realidad se dieron diferentes frecuencias. En otra versión de la misma mentira se decía que cada seis segundos y en otra versión cada diez segundos. No importa, todas las versiones son completamente falsas. De no serlo estaríamos hablando, descontando las horas de sueño, de pensar en sexo 7.200 veces al día. Aunque esto sea sólo un invento de alguien muy aburrido, con una información deficiente al respecto o las dos cosas, la realidad es que la idea que seguimos tendiendo es que los hombres están permanentemente pensando en lo mismo.
En realidad, un estudio de la prestigiosa Universidad Estatal de Ohio realizó un estudio que concluyó que los hombres piensan en sexo del orden de 19 veces al día, mientras que en el caso de las mujeres el número de veces baja hasta 10. Los resultados fueron publicados en el «Journal o Sex Research».
El estudio fue bastante sencillo. Se ofrecí a aló participantes un contador que tendí tres opciones. Sexo, comida y sueño. Cada vez que aparecía alguno de esos pensamientos debían pulsar el botón correspondiente. La muestra seleccionada estaba formada por 283 hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 18 y los 25 años de edad. La investigación fue dirigida por el profesor de psicología Terri Fisher. Parece que las diferencias entre sexos no fueron sólo en lo relativo a los pensamientos relacionados con el sexo: En asuntos relacionados con la comida y con el sueño también había diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Para darle un mayor rigor estadístico al estudio, se estudio en un grupo de control sobre la incidencia que podría tener en los pensamientos de los participantes el hecho se portar encima un contador para un estudio relacionado con el sexo. Los resultados concluyeron que la incidencia no era estadísticamente significativa.