Cuando tenemos una relación de pareja solemos caer en una serie de hábitos que pueden hacer peligrar esa relación. Puede que si ocurren en ocasiones puntuales, no tengan importancia, pero si los hacemos de forma habitual se pueden convertir en un verdadero problema. Os contamos 9 malos hábitos que pueden acabar con una relación.
1. Acudir a terceros en situaciones de crisis. Cuando hay un problema de pareja, no es bueno buscar ayuda en familiares o amigos. Debemos resolver el problema con nuestra pareja. Cuantas más opiniones escuchemos, más complicado va a resultar encontrar una solución. Cada pareja es diferente y las opiniones de los demás van a estar influenciadas por su experiencia personal sin conocer a fondo los problemas que nos ocupan.
2. Evitar los conflictos. Todas las parejas discuten, hasta las más felices. Cuando una pareja está de acuerdo en todo, hay un problema. No hay que temer las discrepancias en nuestra relación porque nos van a ayudar a que sea mejor. Eso sí, siempre de forma civilizada.
3. Discutir en público. Se pueden producir situaciones muy bochornosas, tanto para vosotros como para las personas que estén alrededor. Si hay algo en lo que no estáis de acuerdo, intentad aplazar la discusión para cuando lleguéis a casa.
4. Criticar a la familia política. Estás dando pie para que pueda criticar a la tuya y, una vez que se empieza, es algo que nunca acaba bien.
5. Ataques de celos. Unos ligeros celos pueden ser hasta buenos para mantener la llama de la relación, pero se pueden consentir escenas constantes e injustificadas.
6. No comentar los problemas. Si evitamos los temas que pueden acabar en una discusión, se acabarán haciendo más grandes. Hay que afrontar los problemas y buscarles una solución entre los dos.
7. Pedirle que cambie. No olvides que es la persona de la que te enamoraste. Todos podemos mejorar aspectos de nuestra vida, pero no se lo puedes exigir.
8. Espiar. La confianza es primordial en una pareja. Si empiezas a mirar sus emails, sus SMS o su Whatsapp, vas a entrar en una espiral de sospechas y recelos que, al final, acabarán por enturbiar la relación.
9. Comparar. No debemos comparar a nuestra pareja con nadie, y en ningún caso con nuestro ex, ni siquiera para hacer comparaciones positivas. Se convierte en una forma de comentar y, en un mal momento, nos puede salir la comparación negativa.