El clítoris sensible es un problema importante. Seguro que muchas veces te habrás planteado por qué no te funcionan la mayoría de los consejos que se suelen dar para poder tener un orgasmo. ¿Qué es lo que falla? ¿Eres tú? ¿Acaso todo lo que cuentan son mitos? Hoy te vamos a dar 3 consejos para que puedas aumentar tus orgasmos cuando el problema está en el clítoris sensible.
1. Sexo oral. La textura de la lengua, su suavidad y la humedad que produce pueden proporcionarte un masaje muy excitante y placentero. Sin embargo, una sobreestimulación de la punta del clítoris puede resultar muy dolorosa, ya que, como bien sabemos, es una zona ultra sensible. Dile a tu pareja que debe comenzar a estimularlo por los laterales y acabar en la punta y que las succiones o los movimientos de la lengua no sean demasiado rápidos o fuertes. Puedes jugar a la vez con su legua y tus dedos, situando la yema de tu dedo índice en la punta de tu clítoris, a la vez que él recorre los laterales. Según te vayas excitando puedes ir liberando la punta para que él tenga acceso a ella a la vez que tú lo presionas con los dedos. Controlarás el ritmo y conseguirás un espectacular orgasmo. No habrá clítoris sensible que se resista.
2. Masturbación mutua. Una de las mejores formas de llegar al orgasmo es mediante la masturbación mutua. El problema es que muchas veces el momento resulta tan intenso que te estimula de tal manera que, más que placer, sientes dolor. La solución a este problema es muy fácil: una buena lubricación. Cualquier caricia, por muy buena intención que se tenga, si se hace “en seco” puede llegar a producir una gran irritación, especialmente con el clítoris sensible. Debes mantener siempre tu vagina lubricada con un buen lubricante. Además, esa sensación de humedad le excitará más cuando su pene entre en contacto con tu vagina.
3. Clittage. Esta es una técnica muy excitante, y no muy conocida, que consiste en estimular el clítoris con el pene justo antes de comenzar la penetración. Al igual que en el caso de la masturbación, podemos llegar a sentir mucho dolor si no estamos bien lubricadas. Por lo tanto, la solución, al igual que en el caso anterior, pasa por una buena lubricación.