El orgasmo está presente en todas las conversaciones de sexo. Siempre que, por algún motivo, hablamos de asuntos relacionados con cualquier variedad del sexo, de forma invariable aparece el orgasmo. Pero, ¿en realidad sabemos de qué estamos hablando? ¿Sabemos qué es lo que sucede y por qué sucede?
El orgasmo, en sí mismo, es la descarga máxima de la tensión sexual acumulada durante cualquier práctica sexual que nos provoque la excitación suficiente para ello. Las vías para llegar a él son muchas. Desde l penetración hasta la masturbación pasando por el sexo oral. Pero todas ellas pasan por la estimulación sexual.
Cuando empezamos una relación sexual, nuestro organismo comienza a excitarse. Con el comienzo de la excitación, los órganos sexuales, tanto de los hombres como de las mujeres, aumentan su tamaño ya que se llenan de sangre. De esta manera las terminaciones nerviosas se vuelven especialmente sensibles a todo tipo de estímulos. Cuando la estimulación se mantiene durante el tiempo suficiente, la respuesta del organismo para liberar la tensión es tener un orgasmo.
El orgasmo es capaz de liberar hormonas y endorfinas en una cantidad que provoca un significativo aumento en nuestra sensación de bienestar y felicidad. El que se encarga de controlar los orgasmos es el sistema nervioso y, cuando se producen, produce una sucesión de espasmos en la zona de la pelvis que acompaña a una agradable sensación de liberación.
Al orgasmo le sigue un proceso de reversión del mismo. La sangre vuelve a su sitio y , por lo tanto, los órganos sexuales recuperan su tamaño normal en estado de reposo. A este proceso lo conocemos como periodo refractario y presenta una duración mucho mayor en los hombres que en las mujeres.
El orgasmo, en ambos sexos, se caracteriza por la sucesión de espasmos de carácter involuntarios y tensión muscular siempre acompañados de una sensación de placer intenso. Una vez que finaliza permanece en nosotros una sensación de felicidad que se prolonga durante un rato.
Generalmente, el orgasmo de los hombres viene acompañado de la eyaculación mientras que en las mujeres, en la mayoría de los casos no se da este fenómeno.