No existen estudios que revelen cuál es la frecuencia de sexo ideal que hemos de tener para que todo fluya. Lo que sí está claro es que el sexo mejora un montón de circunstancias en nuestra vida ordinaria y, desaprovechar esa ocasión de que todo nos funcione mejor parece no muy recomendable. Especialmente cuando, a cambio, sólo hay que poner en marcha la actividad humana más grata que jamás se haya descubierto. Aunque no haya estudios que avalen cuál es la frecuencia de sexo ideal, parece lógico pensar que lo mejor es tener sexo cada día.
De todos es sabido que resaliera sexo activa muscular y cardiovascularmente al organismo. Está claro que el sexo es un ejercicio físico. Además, uno de los ejercidos físicos más completos que puedan existir, ya que se activan una enorme cantidad de músculos lo que hacer que aumente el ritmo cardíaco, situaciones ambas comunes tanto en el sexo como en la actividad deportiva. Sin embargo, no hay actividad deportiva con la que se alcance un nivel de felicidad similar a la que se alcanza con el sexo. SI lo miramos desde el punto de vista de la actividad física moderada que toda persona debe llevar a cabo para mantenerse saludable, la frecuencia de sexo ideal debería estar en varias veces a la semana.
Pero mantener una frecuencia de sexo alta no sólo aporta la dosis de ejercicio que se necesita para mantener un estilo de vida saludable, también disminuye los niveles de estrés. El trabajo, la familia, los vecinos y los problemas relacionados con ellos a los que nos debemos enfrentar a diario nos generan una cantidad de estrés que, en ocasiones, llega a gobernar nuestra vida. No existe un mejor reductor del estrés que la práctica frecuente de sexo.
El sistema inmunológico también se ve afectado positivamente cuando la frecuencia del sexo es alta. Las bacterias y virus que están presentes en nuestra vida pueden resultar peligrosos para nuestro organismo. El sexo hace que nuestro sistema inmunológico esté siempre alerta para defendernos de las microscópicas amenazas.