El 70 por ciento de las mujeres reconocen tener sueños eróticos. En el caso de los hombres, el porcentaje es algo mayor, el 80 por ciento. Los sueños eróticos son una de las principales señal del despertar a la sexualidad de los adolescentes.
Sueñas con que estas en el tren con una persona que te atrae sexualmente, solos en el vagón. La intensidad del deseo sube y os lleva al sexo de forma inevitable. De repente el tren para, te asustas, te despiertas en el momento menos oportuno y te das cuenta que la persona con la que estabas es el mejor amigo de tu pareja. Esto no debe asustar a nadie. La explicación es bastante complicada pero no significa que estas mal ni, por supuesto, que estés siendo infiel a tu pareja,. Todo lo contrario, esto supone, simplemente, que estas bien de salud según los expertos. Lo normal es tener sueños eróticos de vez en cuando. De cómo actúa nuestros subconsciente para elegir a nuestros compañeros de sueños no tenemos demasiada idea. Así que, aprovecha y disfruta.
Una persona adulta suena, por termino medio, de una hora y media a dos horas. Los sueños vienen a invadir el contenido que tenemos reservado en nuestro subconsciente y reúne todo lo que vivimos. En los sueños no podemos mentir, ni disimular. Puede que el sueño lo tengas con alguien que sólo has visto una vez en otra ciudad y, en principio, no significa nada para ti, pero…
El deseo es el motivo de nuestros sueños eróticos, igual que el miedo es el motivo de los sueños agresivos. La función de los sueños eróticos, en muchas ocasiones, es romper el bloqueo que tenemos y nos permite liberarnos. Si en los sueños notamos mucha violencia u otras perversiones sexuales y nos causa un sentimiento de miedo al despertar y, además, se repiten constantemente, quizás habrá que consultarlo con un especialista.
Los sueños eróticos pueden ayudarnos a entender mejor nuestra sexualidad, a reconocer cuáles son nuestras fantasías sexuales. Si esto nos pasa a menudo y nuestra pareja se da cuenta de ello debido a que duerme a nuestro lado, podemos perfectamente hablar de ello y contar cómo ha sido e, incluso, si lo hemos disfrutado.