Contra lo que se puedes creer, la erección no es patrimonio exclusivo de los hombres. Las mujeres también pueden tener erecciones. Por ejemplo, en sus pezones. Resulta muy común que, cuando la temperatura sexual aumenta, muchas mujeres experimenten una erección de sus pezones que hacen evidente su estado de excitación. Pero no sólo los pezones pueden ser objeto de erección en un cuerpo de mujer. Aunque no sea muy conocido, las mujeres también pueden tener una erección en el clítoris.
El clítoris, es la clave para el placer femenino. Está situado a la entrada de la vagina, entre los labios menores. Al igual que un pene puede alcanzar una erección cuando está excitado, el clítoris también puede tener una erección en estado de excitación. De hecho, si exploramos con la suficiente delicadeza el clítoris que más a mano nos quede, podríamos notar que, según va alcanzando temperatura sexual, su tamaño se vuelve más voluminoso.
Para entender mejor cómo funcionan los mecanismos que ponen en marcha la erección del clítoris, se requiere un conocimiento básico de la anatomía femenina. O al menos de su aparato reproductor. El clítoris está formado por una bellota, de igual manera que el pene, que tiene una parte visible situada en los extremos delanteros de los labios menores. Es extremadamente rico en terminaciones nerviosas que le hacen llegar a ser hasta 3 veces más sensitivo que el glande del hombre.
Su tamaño, por supuesto, es diferente en cada mujer. También puede variar de forma según la mujer. Pero todos constan de una especie de pequeño cilindro que se remonta hasta el hueso púbico y se divide en dos raíces laterales en el borde de la vagina. La erección del clítoris, lógicamente no es tan fácilmente apreciable como la del pene de un hombre, pero sigue caminos parecidos para su consecución. Ante la excitación sexual aumenta el riego sanguíneo de la vagina en general y del clítoris en particular, esto hacer que el clítoris se llene de sangre y aumente significativamente su tamaño. Si no se aprecia con la facilidad con la que se hace la erección de un hombre se debe, únicamente, a que la parte visible es de una superficie mucho más pequeña.