Cuando en la antigua Grecia dos mujeres se frotaban los genitales, vulva contra vulva, o clítoris contra clítoris se les daba el nombre de tríbades. El tribadismo o “posición de las tijeras” consiste en el enlace de las piernas de dos mujeres desde lados opuestos, de forma que la zona genital queda unida. El tribadismo nunca conlleva penetración y se puede practicar con ropa o sin ella.
Esta forma de estimulación sexual es una antiquísima práctica lésbica que, actualmente, parece tener grandes detractores. De un tiempo a esta parte, el tribadismo se ha puesto de moda tanto en el cine porno como en el cine comercial convencional a través de la película “La vida de Adéle”. La polémica la han levantado las propias lesbianas, que afirman que esa es una postura que las lesbianas apenas utilizan y que no se ajusta a la realidad de las costumbres lésbicas.
Gran parte de la comunidad de lesbianas opina que el tribadismo, a pesar de no ser una de las que las lesbianas practican más a menudo, se ha tomado como referente del cine porno y ahora en el cine comercial con la única intención de despertar el interés de un público hetero masculino, para generar disfrute y excitación de los hombres heterosexuales y no porque se quiera retratar la realidad sexual de la comunidad lesbiana.
Las opiniones son de todo tipo con respecto a esta postura. Hay quien dice que es una postura muy complicada en el sexo lésbico, sobre todo cuando eres adolescente y estás empezando a descubrir el sexo. Hay voces que afirman que es rechazada por muchas mujeres por sentir que es una postura que imita el sexo heterosexual. Otras insisten en que se usa casi de forma exclusiva en cine y con vistas a que cuaje entre pajilleros.
También hay quién opina que a pesar de ser una postura un tanto incomoda y que requiere de cierto entrenamiento, sí que se puede llegar a conseguir una sincronización con la pareja y que puede llegar a ser fantástico el roce de un clítoris contra el otro. Un orgasmo clítoris con clítoris es algo difícil de describir.