Si te encuentras en un momento de tu vida en el que no estás buscando una relación ni seria ni duradera, te vamos a dar 7 razones para demostrarte que un amante es mejor que un novio.
Si tienes las ideas claras y las reglas del juego son conocidas y aceptadas por los dos, la opción del amante da muchos menos problemas que la de novio o novia.
1 – Con un amante no tienes por qué hacer la cena. Os reuniréis a cenar y a beber… y lo que sea. Luego a casa a por el postre… y punto. Sin complicaciones. Es mejor no dejar platos para lavar.
2 – A diferencia de con el novio, con el amante no tienes que conocer a su madre. Esto no va en serio, así que no tienes por qué conocer a la familia, asistir a la graduación de la sobrina, la fiesta de cumpleaños de la hija de su prima… ni pensar si se llevará bien con tu madre.
3 – Ni le lavarás ni te lavará la ropa interior. No plancharás sus blusas ni ella tus camisas. Tener un amante es perfecto para evitar toda la serie de agobios que atenazan a una pareja. Uno tiene su casa. El otro la suya. Cada uno se pone la ropa que quiere como quiere y la lava cuando quiere.
4 – Tu libertad es total. TOTAL. Decidirás cuándo llamar para quedar, el sitio donde os encontraréis y además podrás llamar a las personas que quieras y quedar para lo que quieras con quien quieras.
5 – Hemos quedado que con un amante, las cosas están claras. Se queda para lo que se queda, hay atracción mutua, cariño por supuesto… y ya. Nada de charlas de relación. Nada de agobios de ningún tipo. Nada de mal rollo. Nada. Todo será mucho más fácil.
6 – Siempre seréis atractivos el uno para el otro. No aguantaréis los ronquidos del otro, no odiaréis sus despertares griposos ni sus malas noches de indigestión. Todo será maravilloso cuando lo tenga que ser. Lo malo… que se lo coma otro.
7 – El sexo siempre será caliente. Al diferencia de con el novio, el amante no tiene sexo lo suficientemente frecuente como para entrar en rutina. Además, el sexo sin compromiso siempre tiene ese puntito de morbo y eso es muy excitante.