Follamigo es un término cada vez más usado y que también ha pasado a ser una actitud cada vez más establecida, pero, ¿qué es un follamigo?
Un follamigo es una persona con la que mantenemos una relación digamos “cordial”, ya sea por amistad, por el trabajo, por el gimnasio o por cualquier otra actividad de nuestra vida, con la que podemos quedar, simplemente para echar un polvo. Nuestra relación con él va a seguir siendo igual, pero esporádicamente, cuando a alguno de los dos le apetece, se queda y se folla.
Por un lado, tiene múltiples ventajas. La principal es que puedes tener varios follamigos a la vez. Cuando tienes un día malo puedes echar mano de uno de ellos y disfrutar de una noche de buen sexo sin complicaciones (y sin pagar). No es necesario llamarle al día siguiente y preguntarle qué tal lo pasó la noche anterior… Resumiendo, tienes las ventajas sexuales de una pareja, pero sin las complicaciones de tenerla.
Esto que parece tan sencillo y tan gratificante, ya que puede ser la solución a períodos de carencia sexual o, simplemente, establecerlo como un modo de vida, puede tener grandes complicaciones si no dejamos las cosas claras desde el principio.
Lo fundamental, y es algo que debe quedar muy claro, es que se queda para follar. Aunque haya una “relación” detrás, en NINGÚN caso se deben mezclar sentimientos. En cuanto uno de los dos empiece a sentir algo, se debe interrumpir este tipo de encuentros para que nadie sufra ningún daño. Sin embargo, aunque esté claro que hemos quedado sólo por el sexo, hay que tener un poco de consideración hacia la otra persona, para no hacerle sentir como un objeto sexual y evitar que lo podamos perder como follamigo. Es importante para ello no hacer comentarios o comparaciones con otros follamigos y ser discretos y no hacer “publicidad” de esas citas.