La gamificación, el arte de aplicar mecánicas de juego a actividades cotidianas, ha hecho su entrada en la esfera de las relaciones sexuales de manera sorprendente. Imagina transformar la comunicación sexual en un juego interactivo donde cada conversación se convierte en un desafío y cada tema explorado en una nueva misión. En lugar de enfrentarse a la temida “charla sobre el deseo”, las parejas pueden embarcarse en un juego de mesa personalizado, donde los dados determinan el tema de conversación, y las cartas ofrecen sugerencias sobre cómo expresar los deseos de manera abierta y juguetona.
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