El cortejo humano es una danza intrincada de comportamientos y rituales que varían de una cultura a otra. Cuando estamos enamorados, a menudo hacemos cosas extrañas y, en retrospectiva, a veces hasta cómicas. Pero, ¿por qué nuestra especie ha desarrollado estos extraños rituales de cortejo?
Una teoría sugiere que muchos de estos comportamientos son una forma de señalización. Cuando estamos enamorados, queremos demostrar a nuestra pareja potencial que somos una buena elección. Así que, nos arreglamos, nos vestimos de manera atractiva y hacemos cosas inusuales para destacar. En cierto sentido, estamos diciendo: «Mira, soy tan genial que estoy dispuesto a hacer el tonto por ti».
Por ejemplo, ¿alguna vez te has preguntado por qué la gente se regala flores o chocolates en San Valentín? Bueno, la idea es mostrar aprecio y cariño de una manera tangible y, a menudo, romántica. Aunque puede parecer extraño darle a alguien una planta cortada como señal de amor, en el contexto del cortejo, tiene sentido.
Otro comportamiento extraño es el de cantar serenatas bajo la ventana de alguien. Este gesto puede rastrearse hasta tiempos en los que la comunicación era más limitada. Antes de los teléfonos móviles y las redes sociales, la música era una forma de comunicación a larga distancia. Así que, cantar una serenata era como enviar un mensaje de texto romántico antes de que existieran los mensajes de texto.
Incluso las cartas de amor, que pueden parecer anticuadas en la era digital, son una forma de señalización. Escribir una carta de amor requiere tiempo y esfuerzo, y muestra a la otra persona que estás dispuesto a invertir en la relación.
Pero aquí está el giro humorístico: a veces, en medio de toda esta señalización y esfuerzo romántico, cometemos errores tontos. Puede ser un comentario inoportuno o un gesto torpe. Es como si estuviéramos tropezando en la pista de baile en medio de una coreografía perfecta.
Entonces, ¿por qué hacemos estas cosas extrañas cuando estamos enamorados? En última instancia, se reduce a una combinación de instintos evolutivos y expresiones culturales. Queremos encontrar una pareja compatible y demostrar que somos dignos de ser elegidos, y lo hacemos a través de una variedad de rituales y comportamientos que, en retrospectiva, pueden parecer cómicos pero que, en el momento, son una expresión genuina de nuestros sentimientos.
En resumen, el cortejo humano puede ser una mezcla de comportamientos encantadores y extraños. Desde regalar flores hasta cometer errores tontos, estas acciones son una parte intrincada de la forma en que expresamos nuestro interés y amor.