Lass libidos dispares son un fenómeno común en las relaciones. A pesar de esto, por lo general estamos perdidos cuando se trata de hablar de ello. Cuando tú y tu pareja tietenéis libidos dispares, es importante encontrar formas de hablar sobre su vida sexual, para que la discrepancia del deseo no afecte vuestra relación.
Cuando uno de nosotros quiere sexo y el otro no, tendemos a caer en la trampa de culpar a la otra persona. Tal vez nos enojamos y arremetimos, diciéndoles que es anormal no querer tener sexo o querer tener sexo. O sentimos una ansiedad intensa porque creemos que su desinterés por el sexo significa que ya no están enamorados de nosotros.
Está perfectamente bien sentir y pensar lo que sea que estés sintiendo y pensando. Pero dejar que tu pareja lo sepa todo podría no conducir a una mejor vida sexual o a una menor discrepancia en el deseo. Por ejemplo, si estás preocupado y te preguntas por qué el sexo ya no parece nada, culpar a tu pareja por su falta de placer probablemente no te ayudará a alcanzar la meta de experimentar más placer durante el sexo.
De hecho, al no filtrar lo que comunicas o adaptar tu estilo de comunicación, es más probable que molestes a tu pareja. A su vez, podrían tratar de lastimarte de vuelta. Cuando tú y tu pareja tienen libidos dispares, puede generar un círculo vicioso en el que os atacais mutuamente y actuais a la defensiva. Cuando haces esto, te alejas de encontrar soluciones reales al problema. Cuanto más enojo y frustración le reveles a tu pareja, es menos probable que quieras tener relaciones sexuales contigo.
Si deseas que aumente la libido de tu pareja, o que disminuya la presión que siente por tener relaciones sexuales, es importante pensar en cómo y cuándo comunica sus libidos dispares. Esto puede marcar la diferencia tanto para la intimidad emocional en su relación como para la intimidad sexual.
Cuando surge la frustración o la tristeza por la situación, es importante darse cuenta de lo que siente y dejar que se siente contigo por un momento. Cuando sepas lo que sientes y por qué, pregúntate si actuar de acuerdo con tus sentimientos te beneficiará a ti y a tu relación. Trata de pensar en esto desde dos perspectivas: tanto a corto como a largo plazo.