Se decía que Venus, la diosa del amor sexual, había surgido de las olas espumosas del mar: belleza divina nacida de las aguas de la vida. El agua es naturalmente purificadora, porque el agua es la fuente de la que fluye toda la vida. El baño erótico es una experiencia muy sensual. Te permite prestar especial atención a ti misma: amar tu cuerpo. Lavar la energía negativa de tu ser después de un duro día de trabajo. El baño erótico es un ritual de amor propio que puedes realizar en cualquier momento que necesites relajarte, limpiarte de pensamientos estresantes y sentirte tranquilo y vivo. El baño de una diosa.
Debes darte al menos una hora o más para este ritual. Se puede hacer en cualquier momento del mes, pero resulta especial hacerlo en luna nueva o llena. Apaga las luces y enciende algunas velas para que tus nervios ópticos puedan disfrutar del calor y la oscuridad. Agrega aceites esenciales y sales de baño para ayudar a hidratar la piel y relajarla. Pon música de tipo meditativo.
Comienza preparándote un baño caliente, vertiendo aceites de esencias aromáticas como lavanda, sándalo o cualquier aroma que prefieras. También puedes verter sales o aceites de baño. Si has planificado la sesión con anticipación, puedes agregar pétalos frescos de una rosa para que floten sobre la superficie. Una experiencia verdaderamente sensual.
Enciende muchas velas, colócalas alrededor de la bañera y apaga las luces eléctricas para darle un respiro a tus nervios ópticos. Puede poner música suave, como canciones de ballenas, o simplemente concentrarse en el sonido del agua. Recuerda que será el baño de un auténtica diosa.
Entra en el baño de vapor caliente y sumérgete lentamente en el relajante calor del agua. Acuéstate durante mucho tiempo, permitiendo que toda la tensión del día se drene en el agua. Es posible que desees sumergir toda la cabeza y la cara bajo el agua y escuchar los sonidos de las profundidades llamándote, sintiéndore uno con este reino submarino.
Cuando salgas a tomar aire, comienza tu respiración rítmica, observando el parpadeo de la luz de las velas sobre las paredes, reflejándose en las ondas en el agua. Realiza algunos estiramientos suaves mientras estás acostada allí, arqueando la espalda, doblando las rodillas hacia el pecho, inclinándote hacia adelante para tocar los dedos de los pies. Con tu gel de baño favorito, lávate por todas partes. Mientras te enjabonas la piel, deléitate con la sensación de tu carne. Imagina que estás limpiando todas las preocupaciones del día de tu mente, todas las tensiones de tu cuerpo.
A continuación, comienza a complacerte a ti misma. Es posible que te resulte útil usar un lubricante de silicona, ya que no se elimina con el agua. Intenta usar tus dedos, la boquilla de la ducha e incluso un juguete sexual a prueba de agua. Tómate tu tiempo, explora y disfruta de tu propio placer.