Los pechos grandes han provocado fascinación en los hombres desde siempre. En 1508, Miguel Ángel recibió el encargo de volver a pintar el techo de la Capilla Sixtina, que adornó con desnudos en su representación de Adán y Eva. Pero en la Historia del arte son muchas más las ocasiones en las que unos pechos grandes son protagonistas.
El renombrado retrato de Rembrandt «La novia judía» de 1666 muestra al esposo sosteniendo el seno izquierdo de su esposa como si la estuviera reclamando. En el siglo XVII, los senos grandes eran el símbolo tanto del erotismo como de la productividad. Esta fue una era de sensualidad, riqueza y poder, especialmente en Europa, que impulsaba el éxito de su creciente industria comercial.
En el siglo XIX en Estados Unidos, las esclavas se mostraban con los senos desnudos cuando se subastaban. Los hombres juzgaban su valor por el tamaño y la firmeza de sus senos. Cabe señalar que hoy en día los senos están mucho menos sexualizados en otras culturas no occidentales. Como ciertas partes de Asia y África, donde los senos no se ocultan debajo de la ropa ni se exageran con el escote.
En lugares como Bali, Indonesia y algunas partes de China, las mujeres caminan con los senos expuestos mientras trabajan, y se considera natural, normal, completamente desprovisto de erotismo. Las perspectivas sobre los senos femeninos y la desnudez varían enormemente entre culturas.
Por ejemplo, en un extremo, las mujeres en ciertas partes del Medio Oriente, tienen prohibido mostrar cualquier parte de sus senos en público. Como Arabia Saudita y Afganistán. Sin embargo, en muchas naciones de Europa occidental, como Francia, Suecia y Holanda, las mujeres pueden desfilar en topless o totalmente desnudas en las playas públicas. Sin ddua, se trata de un verdader placer para la vista.
Cualesquiera que sean las razones biológicas, históricas, psicológicas o culturales de la fascinación por los senos, el problema es aún más complicado por la existencia de senos de silicona y solución salina. Para algunos hombres a los que les encanta mirar pechos grandes, cuando descubren que esas doble D perfectamente alegres son falsas, se asustan.