Los tipos de condones masculinos que ofrece el mercado son muchos. La cantidad de fabricantes que compiten en un mercado tan importante como este hacen que, a menudo, aparezcan nuevas ideas que conforman una importante oferta en este sentido. Precisamente por su importancia, trataremos de dedicarle un espacio a algunos de los tipos de condones masculinos más destacados.
Los condones mascuinos de látex son el tipo más común de condones masculinos. Son confiables para ayudar a prevenir las ETS y el embarazo. Sin embargo, muchas personas tienen alergias al látex, por lo que este tipo de condón debe evitarse si experimentas sarpullido, picazón, irritación o enrojecimiento después de tener relaciones sexuales con condón. Tu médico también puede hacerle una prueba de alergia para ver si eres alérgico al látex.
Hay condones que no son de látex en el mercado hechos de materiales sintéticos como poliisopreno y poliuretano, así como de piel de cordero. Sin embargo, los condones sintéticos que no son de látex tienen una mayor tasa de rotura, por lo que son efectivos el 95 % de las veces. Existe un tipo de preservativo que está fabricado con poliisopreno. Tamibén existen unos tipos de condones que están hechos de poliuretano, una alternativa al látex.
Los condones masculinos de piel de cordero protegen contra el embarazo, pero no son tan efectivos como los condones de látex normales y no protegen contra las ETS y el VIH porque tienen pequeños poros que permiten el paso de algunos virus. Los condones de piel de cordero tienen un material animal natural hecho de piel de cordero real. Proporcionan una mayor sensibilidad y son más espaciosos que los condones normales.
Los condones espermicidas generalmente contienen un espermicida llamado nonoxinol-9 que reduce la cantidad de espermatozoides activos. Esto disminuye el riesgo de embarazo si se pierde la erección antes de la retirada y parte del semen se derrama fuera del condón. También en el caso en que se rompe un condón. Sin embargo, se ha demostrado que el nonoxinol-9 irrita las células de la vagina o el recto y provoca pequeños desgarros en las membranas mucosas que podrían aumentar el riesgo de contraer una ETS o una infección. Esto incluye mayores posibilidades de contraer el virus del VIH. Es preciso revisar con atención las etiquetas y evitar los condones con N-9.