Los secretos para el sexo ardiente que hemos venido dando en los últimos días se terminan hoy. Al menos, de momento. Hemos hecho, en nuestra súltimas entradas un pequeño recorrido que nos ha permitido adentrarnos en diferentes secretos para el sexo más apasionado. Y hoy pondermos punto final profundizando aún más en este asunto.
Es bueno que comencemos por el prinicipio. Por lo tanto, vamos a aclarar qué no es el sexo. El sexo no es pervertido ni antinatural. Hacer el amor entre adultos que consienten es su asunto privado, y mientras no lastime a nadie, no desafía las leyes de la naturaleza. El sexo no se debe usar indebidamente como arma. Retener relaciones sexuales para castigar a una pareja es un signo de mala comunicación y de ira acumulada; y no le da poder al «poseedor». En el otro extremo, imponerse sexualmente a otra persona es un signo de insuficiencia, no de poder o fuerza real.
El sexo no es una adicción saludable. Una adicción o compulsión sexual es un escape del amor. El sexo tampoco es un deporte; no es simplemente una forma de ejercicio. Es una función del cuerpo, sí, pero sus muchos placeres no se logran experimentando una parte del cuerpo. Además, usar el sexo como un ejercicio impersonal en última instancia no es satisfactorio, ni sexual ni emocionalmente.
Coquetear es un arte que infunde confianza sexual. Puede ser una mirada sutil o un apretón intencionado, pero el objetivo del coqueteo es preparar el escenario para el romance y crear anticipación sexual. SIn duda, un buen comienzo en una relación pasa por un coqueteo adecuado.