El deseo sexual, la adicción y la ira pueden estar relacionados.En psiquiatría, se realiza un examen del estado mental que es bastante parecido a un examen físico. En él, una de las preguntas que se hace a todo paciente tiene relación con su apetito sexual. En algunas partes del mundo, esta pregunta puede considerarse ofensiva. Especialmente cuando la formula un miembro del sexo opuesto. Pero en el mundo occidental, la gente puede hablar libremente sobre ello.
La importancia de esta pregunta es que el impulso sexual, el deseo, determina la salud mental de una persona. En la mayoría de las condiciones psiquiátricas, el impulso se reduce. Esto sucede en condiciones de depresión y ansiedad, incluido el trastorno de estrés postraumático. En determinadas condiciones, aumenta.
En una persona que no es maníaca, pero tiene un impulso sexual elevado y no saludable, se considera que es un signo de adicción. Una adicción tiene la cualidad de ser compulsiva y está por encima de la norma. Este exceso comienza a dañar la condición económica, social y personal de la persona. En tales situaciones, es un signo de mala salud.
El impulso sexual es el indicador de la tensión física y mental que carga una persona. Un indicador enormemente fiable. Cuando la tensión aumenta en la medida en que el cuerpo y el sistema nervioso comienzan a cansarse, el impulso se reduce de un modo significativo. Si se reduce la tensión, la unidad vuelve. Esto sucede típicamente en personas que sufren de depresión.
Depresión, es ira reprimida. Cuando una persona deprimida, que tiene un deseo sexual bajo, comienza a liberar la ira, el sistema nervioso experimenta una liberación y, como resultado, aumenta el deseo sexual o la libido.
El deseo sexual excesivo es el resultado de una tensión o estrés excesivo que se produce en el cuerpo. El hecho de que el ejercicio físico regular produzca un impulso sexual saludable es un hecho clínicamente conocido. Cuando aumenta la tensión en el cuerpo, como ocurre con la ira y después del ejercicio físico, hay un aumento de las hormonas sexuales. En esa etapa, el impulso puede volverse excesivo.