Continuamos con algunas de las zonas erógenas que no resultan tan conocidas y que, sin embargo, resultan tremendamente excitantes. En nuestra entrada anterior hacíamos un pequeño recorrido con algunas de ellas. Hoy, continaremos aumentando esta lista de lugares excitantes de nuestra anatomía.
El cuero cabelludo, sin duda, es otra de las zonas erógenas menos conocidas.
Hay una razón por la cual esos pequeños masajeadores de cabeza puntiagudos se han vuelto tan populares. Pero dos pares de manos siempre son mejores que uno.
Prueba esto: comienza jugando con el cabello de tu pareja y continúa masajeando su cuero cabelludo con el pulgar y las yemas de los dedos. Para calentar las cosas, puedes pasar las uñas suavemente por el cuero cabelludo. Es algo que puede hacer sentirse realmente bien.
Una alternativa es presionar los nudillos o apretar suavemente justo por encima de la nuca, alrededor del área donde termina la línea del cabello. Esto es genial para liberar la tensión.
El interior de la muñeca es otra de las más excitantes zonas erógenas.
Debido a que la muñeca interna es un área que no se toca mucho, puede ser un punto sensible. Intenta, cuando estés sentado frente a tu compañero o compañera, hacer contacto visual con él o ella. Mientras, sostén suavemente su muñeca en la mano y usa el pulgar de la otra mano para trazar el centro de su muñeca interna .
Una alternativa eficaz es conocer que los juegos preliminares no solo ocurren en el dormitorio. De esta manera, la próxima vez que salgáis a caminar juntos y tomados de la mano, usa el pulgar para acariciar el interior de su muñeca. Podrías terminar tomando una ruta más corta de regreso a casa de lo que había planeado.
Los pezones están llenos de terminaciones nerviosas y son una de las áreas más sensibles del cuerpo. Este área tiende a olvidarse cuando se trata de hombres, pero para algunos hombres sus pezones son increíblemente sensibles. Traza el área alrededor de los pezones con tu dedo y bésalos suavemente. Comienza con luz y descubra lo que les gusta.
Para una acumulación lenta, comienza por soplar ligeramente sobre ellos hasta que tu pareja quiera más. Progresa a largos lamidos con movimientos y más movimientos de la lengua.