Las citas online han subido de una manera exponencial durante la pandemia. Sin duda, es algo que nadie había previsto. Sin embargo, el confinamiento durante la alerta sanitaria ha conllevado una serie de circunstancias que han derivado en el crecimiento del uso de un buen número de webs y apps de citas online.
Muchas personas que, hasta el comienzo del confinamiento, no tenían perfil en ninguna de estas redes de citas se lo han creado. Algunas de estas personas no tienen pareja y buscan una compañía online para chatear y lo que surja. Muchas otras sí que la tienen y, a pesar de ello, también buscan algo similar en compañía de otros usuarios o usuarias de estos portales y aplicaciones. Las circunstancias son diferentes.
El sexting, o sexo online, es una de las opciones que más se está practicando gracias a las posibilidades de contacto que ofrecen estos lugares de encuentro. Bien a través de las plataformas que ofrecen los mismos portales o apps, bien con el envío de vídeos y audios. Sin duda, una estupenda manera de no perder nuestra actividad sexual por culpa del confinamiento al que nos vemos sometidos como consecuencia de la pandemia que a todos nos afecta.
Las videollamadas y los audios subiditos de tono son habituales entre los usuarios de este tipo de citas online. Es evidente que un encuentro de este tipo no puede ser como una relación sexual presencial. Eso está claro. Sin embargo, que no sea igual no quiere decir que sea peor. El morbo, si sabemos gestionar bien las herramientas que tenemos a nuestra disposición, está servido. Y son muchas las que la tecnología nos ofrece a estas alturas de la película. Muchas. Sin ninguna duda.
Sin embargo, en contra de lo que pudieramos creer, el crecimiento del uso de este tipo de servicios de citas online también conlleva un incremento en la duración del encuentro. Cada vez las conversaciones son más largas e intensas. La cantidad de detalles que precisamos y queremos dar hace que la relación sexual online implique, además, una relación emocional que, lejos de concertirlo en algo vacío, lo hacen realmente constructivo, también desde el punto de vista afectivo.