Las peores decisiones para una noche de sexo: algunos comportamientos de determinadas personas parece que se podrían resumir bajo este título. tresulta habitual que, de pronto, en cualquier bar de una ciudad cualquiera, un chico cruce la smiradas con una chica. A gritos, con la música altísima, os habéis puesto de acuerdo y, sin saber cómo, habéis comenzado a comeros las bocas. Apresuradamente elegís destino para el resto de la noche. y, saliendo del ascensor, comienzan a tomar relevancia las que parecen que son las peores decisiones para una noche de sexo.
Que la higiene es una cuestión fundamental en el sexo es algo que debería estar muy claro a estas alturas. Sin embargo, no siempre es así. Es cierto que cada persona ha de convivir a diario con sus olores corporales, con los fluídos que emana su cuerpo y que, por si fuera poco, ha de hacerlos convivir con los que provienen del resto del mundo. Sin embargo, conservar unos mínimos es imprescindible si no queremos espantar a nadie en un encuentro íntimo. No vigilar este aspecto, sin duda, es iuna de las peores decisiones par auna noche de sexo.
Cuidar la ropa interior que elegimos es otra de las cosas que, si no hacemos correctamente, podría convertirse en una de las peores decisiones para una noche de sexo. La adpatación a la morfología genital de algunos calzoncillos es realmente sorprendentes. Algunas bragas también se adhieren como una segunda piel. Nada resulta más repelente para alguien que pretende introducirse en tu cama que esta imagen. Huye de ella, por favor.