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Una de sexo en el sofá

El sexo en el sofá es una opción no suficientemente ponderada. Por supuesto que el sexo en la cama no es la única opción. Ni mucho menos.  De hecho, puede llegar a hacerse aburrido. Al menos si no se alterna con otras opciones completamente viables como es esta. Y es que mantener un encuentro sexual en el sofá, de vez en cuando, es algo que, sin duda, aportará una buena dosis de emoción a nuestra vida cotidiana.

Pongámonos en situación. Una buena película o, en su defecto, la serie a la que estemos enganchados últimamente. Una buena compañía, por supuesto. Este punto resulta fundamental para que todo fluya. Y, luego, podemos añadirle los complementos que consideremos necesarios como, por ejempo, las palomitas, el chocolate o lo que estimemos oportuno. Sin duda, tenemos el conteto perfecto para terminar manteniendo sexn el el sofá. Sin duda, se trata de un plan estupendo.

El sexo en el sofá es, sin duda, una de las mejores maneras de abandonar la rutina de la cama. En realidad, no se trata de abandonarla, si no de alejarnos un poco de ella hacia otras variedades para retomarla, de nuevo, con ilusión una vez hayamos vivido otras experiencias. Y, sin duda, la práctica que proponemos hoy es una estupenda forma de alejarse temporalmente de la cama. Al menos como única opción.

Una de las cosas más interesantes de mantener un encuentro de este tipo en el sofá es que la cercanía del cuerpo ajeno, progresivamente, va acercándonos, casi sin buscarlo, al sexo. En esto, lógicamente, el tamaño del sofá en cuestión resulta fundamental. Posiblemente, juegue a nuestro favor un tamaño reducido. Al menos al principio. Aunque, resulta posible que, ya metidos en jaleos echemos de menos un espacio mayor.

El tipo de sofá, al margen del tamaño, también puede ser algo relevante. Algún aspecto relacionado con este punto puede ser algo a tener muy en cuenta. Por ejemplo, los sofás de piel pueden resultar ciertamente incómodos. Aunque no se nos ocurre algo más incómodo, en este sentido, que un sofá con muchos botones. La solución para ambos casos es cubrirlos con una sábana o manta.

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