El sexo en el trabajo es algo que, de forma inevitable, está condenado a tener lugar. Dado que es el lugar en el que más horas del día pasamos, parece lógico que, en el momento que se den determinadas circunstancias favorables, acabe sucediendo. Está claro que el roce hace el cariño y, a base de rozarnos, cogeremos cariño a algunas de las personas que nos rodean en el ámbito laboral.
Que no se trata de un hecho puntual hablan las estadísticas al respecto. Más de un 15% de los jóvemos españoles declaran que el trabajo es el lugar que prefieren para realizar sexo. Otros lugares, como un hotel, una discoteca o un coche están bastante por debajo. Increíble. ¿No os parece? Pues si ese es el lugar preferido para el sexo de tanta gente, por algo será.
Es evidente que compartir determinados tipos de intereses puede resultar elemental a la hora de mantener cualquier tipo de relación humana. El trabajo, aunque siempre existan diferencias entre unos y otros por diferentes cuestiones, es obvio que existen determinados intereses comunes.
Sin embargo, al margen del deseo que pudieramos tener por la persona que comparte mesa con nosotros o del morbo que nos pudiera despertar determinada situación erótica en este entorno, es obvio que no solo existen cosas positivas al tener relaciones sexuales en el ambiente laboral. También existen determinados puntos negativos.
Cuando nos decidimos a tener sexo en el trabajo, lo primero que debemos hacer es ser muy discretos. Dar pistas sobre este asunto siempre es una mala idea. Que nadie conozca, ni siquiera sospeche, nuestros escarceos sexuales es la mejor tapadera que podemos tener para seguir perpetuando en el tiempo esta situación.
Por supuesto, siempre hemos de tener presente que la información acerca de que hayamos mantenido sexo en el trabajo llegue a las manos equivocadas puede llegar a ser un problema en nuestra carrera laboral. Por eso, es mejor, si nos decidimos a hacerlo, que seamos todo lo discretos que podamos. Además, es conveniente que pidamos a la persona con la que hayamos emprendido esta aventura que actúe de la misma manera respecto a la discreción.