De repente, ha aparecido el seuccionador de clítoris y parece que lo ha revolucionado todo. Sin embargo, a pesar de que para el gran público se está conociendo ahora, se trata de un producto que, de forma discreta, ya se había lanzado al mercado hace casi diez años. No se sabe muy bien cómo funcionan las cosas del éxito. El caso es que, en su momento, sus números de ventas fueron bastante modestos. Ahora, en cambio, se ha convertido, de largo, en la estrella de los juguete sexuales para mujeres.
Existe un buen número de mujeres que alcanza el orgasmo, únicamente, a partir de la estimulación del clítoris. Sin duda, para conseguir ayuda en esta tarea, un succionador de clítoris es el juguete sexual adecuado. De hecho, aquellas mujeres que lo prueban, acaban considerándolo imprescindible.
Su uso no tiene complejidad alguna. Es cierto que cada uno de los diferentes modelos que ofrece el mercado ofrece ligeras diferencias. Sin embargo, en lo esencial, casi todos son bastante parecidos. Básicamente, se trata de rodear el capuchón del clítoris con la boquilla redondeada del juguete. A partir de ahí, se puede elegir, según el modelo, entre succión, vibración o ambas cosas a la vez. La mayoría de los modelos, además, ofrece la posibilidad de regular estas acciones en intensidad.
Por lo tanto, con solo separar levemente los labios vaginales y localizar el capuchón del clítoris, es suficiente para comenzar a disfrutar. Algunos fabricantes recomiendan el uso de algún tipo de lubricante. En general son más recomendados aquellos elaborados con base de agua frente a los que son fabricados con base de silicona.
El resultado es realmente sorprendente. Como hemos comentado en párrafos anteriores, la satisfacción encontrada en las personas que lo han probado es realmente alta. De hecho, se suele convertir en un imprescindible entre los juguetes sexuales después de conocerlo.
Hemos de tener siempre en cuenta que el succionador de clítoris y cualquier otro juguete erótico, por efectivo que sea, no es más que un complemento en las relaciones sexuales de pareja. Nadie tiene que verlo como una amenaza. Al contrario. Se trata de un complemente que puede convertirse en un aliado perfecto.