Algunos interpretan el sexo como una carrea hacia el orgasmo. Por supuesto, están en un gran error. Los orgasmos son algo fantástico. Desde luego. Muchos han intentado y pocos han logrado describir exactamente lo que se siente en un orgasmo. El pico de la liberación sexual, un clímax. SIn embargo, puede que esto nos llegue a confundir en algún momento y hacernos pensar que son el único objetivo en la relación sexual. Y, por supuesto, esto no es así.
Resulta fascinante reflexionar sobre lo que hace que una persona necesite sexo con otra persona en lugar de tener un orgasmo a solas consigo mismo. Aunque no todos los adultos sexualmente activos pueden masturbarse hasta alcanzar un orgasmo satisfactorio, muchos pueden hacerlo. Muchas de estas personas todavía desean tener relaciones sexuales con otra persona en algún momento.
Hay algo innegablemente íntimo, intenso y único sobre el sexo con una pareja. El sexo con otra persona es una experiencia, mientras que la masturbación tiende a ser una liberación. Por supuesto, hay excepciones.
Lo que sí parece que está claro es que lel sexo no es una carrera hacia el orgasmo.
No se han de tener relaciones sexuales para tener un orgasmo. Aunque los movimientos iniciales hacia la actividad sexual pueden sentirse similares a la necesidad de masturbación, hay otra capa de pensamientos y sentimientos en la mente.
Se suele querer tener relaciones sexuales con la pareja porque se la ama. Porque la encuentramos sexualmente atractiva. Quizás porque queramos darnos cuenta del estrecho vínculo que compartimos de una manera física, divertida y memorable. O, al menos, por alguna de las razones antenriores.
El sexo puede concluir en el orgasmo. De hecho, a menudo lo hace. Y, a menudo, nos provoca intensas sensaciones. Sin enbargo el largo recorrido hasta él también puede ser realmente glorioso. Cada gesto que compartimos dentro de un encuentro sexual puede provocarnos sensaciones extraordinarias. Pero no solo a nivel físico. También a niveles psíquicos, espirituales y/o afectivos.
Siendo estupenda la posibilidad de alcanzar un orgasmo, no deberíamos limitarnos a realizar una carrera hacia él. Disfrutar de todo el camino nos aporta un buen número de sensaciones maravillosas.