¿Son los juguetes sexuales mejores que los verdaderos hombres? Me parece muy extraño que algunos tengan un problema con los juguetes sexuales. Sin embargo, asi es. Es como si existiese este debate en la actualidad: ¿Son los juguetes sexuales mejores que un hmobre real en la cama?¿Qué tiene de intimidante un falo moldeado hecho de un material flexible? Podría ser el tamaño. Tal vez sea una preocupación subyacente que la mujer prefiera el juguete. Que se deje seducir por sus encantos. Muchas bromas abundan en el mundo de las mujeres liberales sobre esto. Las mujeres que han sentido que su género ha sido pisoteado y retenido durante siglos como el sexo débil.
Puede que algunos chistes al respecto hayan sido parte de un ataque bastante exitoso lanzado contra el ego masculino y la fuente carnal natural de su orgullo, su miembro viril. Símbolo de su masculinidad.
Sin embargo, al preguntar a la mayoría de las mujeres, todavía prefieren la calidez, el movimiento, los latidos y el empuje de un pene real. Hombres, no tienen de qué preocuparse. Todavía tenéis el original y el mejor.
Entonces, ¿los juguetes sexuales son mejores que un hombre real o no? A mi modo de ver, los hombres han tenido su mano al costado durante años. Esta ha sido una parte aceptada y normal de la vida masculina. Las mujeres han tenido que agradecer cualquier atención sexual de su hombre. Y todo ello, entre sus sesiones de masturbación.
Ahora, las mujeres han ganado en este sentido. Existen juguetes sexuales y dedos. Ambas cosas. La diversión femenina en solitario ya no se considera incorrecta, sucia, pecaminosa. Los hombres se masturban. ¿Adivinas qué? También las mujeres. Si no estás allí por la tarde cuando le apetece un orgasmo, no tiene que esperar para ver si te dignas a dárselo esa noche.
No es que hombres y mujeres sean iguales. Simplemente, son diferente. Ninguno es superior o inferior. Simplemente tienen diferentes intereses, opiniones y prioridades en la vida. Los hombres parecen centrarse en las sensaciones visuales y físicas y el placer. Las mujeres tienden a requerir más estimulación mental y un escenario para poder disfrutar al máximo del encuentro sexual.