Probablemente, todos podamos estar de acuerdo en que lo que consumimos nos ayuda a determinar quiénes somos y las vidas que llevamos. Hay muchas fuentes externas que nos guían en nuestra vida diaria ahora. No solo nuestros padres o cuidadores y comunidades inmediatas, sino también nuestras comunidades online y el flujo constante de «noticias» en los medios de comunicación social, por ejemplo. Las redes sociales son determinantes.
Justo en este punto, es útil recordar que una fuente externa significa cualquier cosa que no provenga de nuestro interior. Ya sea que estemos mirando a Instagram en nuestros teléfonos o viendo una película en la pantalla grande, las ideas se transfieren continuamente de nuestras pantallas a nuestros cerebros y vidas. Y esto incluye nuestras relaciones.
Para ser honesto, no creo que el hecho de que las ideas que se transfieran específicamente sea un problema. Sí lo es, sin emmbargo, el hecho de que las mismas ideas se estén transfiriendo ya una velocidad sorprendente. Literalmente, recibimos la misma información en diferentes medios, de maneras ligeramente diferentes, continuamente. Esto crea una cierta perspectiva dentro de nosotros, una que debemos desafiar.
Entonces, nuestro consumo de fuentes externas es continuo, es inmenso y da forma a cómo nos sentimos. También a qué pensamos y hacemos. Las redes sociales. afectan nuestras relaciones románticas, a nuestras relaciones en general y a nuestra autoestima.vLa falta de diversidad en la pantalla, en el tipo de relaciones representadas, en los personajes que ganan y pierden el amor, en cómo se muestra el sexo y la sexualidad y en las formas en que se adquiere el amor, todo esto se combina para crear una norma.