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La intimidad y las relaciones

La intimidad física juega un papel vital en el éxito de las relaciones a largo plazo. Sin embargo,  no necesariamente tiene que ser de naturaleza sexual para que tenga un efecto profundo en las parejas y su relación. El contacto no sexual juega un papel importante en el alivio del estrés y la relajación. Dos recientes estudios así lo demuestran.


En cada uno de estos estudios, un equipo de investigadores europeos llevó parejas de hombres y mujeres al laboratorio para turnarse y acariciarse mutuamente de una manera no sexual. Específicamente, un compañero se acostaría en una cama con el brazo extendido, mientras que el otro compañero estaría sentado en una silla junto a ellos. Luego se instruyó a la persona sentada para que acariciara el antebrazo de la otra pareja como lo haría normalmente en una situación íntima.

Las parejas estaban separadas por una manta, lo que significa que el acariciador solo podía ver el antebrazo del receptor. Además, los socios recibieron instrucciones de no conversar. Esto fue para asegurar que los efectos observados se debieran al contacto físico, no a la retroalimentación visual o verbal.

En ambos estudios, los investigadores descubrieron que tanto las personas que lo habían golpeado como los receptores calificaron la experiencia como agradable. Sin embargo, aquellos que recibieron el toque encontraron que era incluso más agradable que los que dieron el toque.

Más importante aún, aquellos que recibieron el contacto  experimentaron una disminución en la frecuencia cardíaca. En otras palabras, ser acariciado en el antebrazo por un compañero parece tener un efecto calmante.

Mientras más satisfechos estaban los receptores con sus relaciones al principio, más agradables encontraban que era el toque y más reducían su ritmo cardíaco. Lo que esto sugiere es que las parejas felices probablemente tienen más que ganar con este tipo de contacto que las parejas infelices.

Esta investigación es importante porque valida los consejos de Masters y Johnson, los fundadores del movimiento moderno de la terapia sexual. Ellos recomiendan el contacto íntimo no sexual. Es una  parte del plan de tratamiento de la terapia sexual de casi todas las parejas. En parte, porque se pensaba que reducía la ansiedad y promovía la relajación. Estos estudios ofrecen evidencia de que, tanto biológica como psicológicamente, sí lo es. Es probable que su enfoque de tratamiento haya tenido tanto éxito y se siga utilizando ampliamente hasta el día de hoy.

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