Existen algunos problemas sexuales que son typical spanish. Efectivamente, como lo oyes. De la misma manera que existen determinadas características típicas de los españoles en cualquier otro ámbito de la vida, también en el mundo de los problemas sexuales tenemos nuestra propia idiosincrasia. Por supuesto, los abuelos son parte de ella. A estas alturas de la película todavía tenemos determinados prejuicios que nos impiden tratar la sexualidad con la libertad con la que deberíamos hacerlo. Sin embargo, este no es el único de los problemas sexuales typical spanish. Vamos a por algunos de ellos.
El primero de los problemas sexuales typical spanish tiene que ver con nuestra forma de documentarnos. Cada vez que nos enfrentamos a una novedad en materia sexual, en primer lugar consultamos con la gente de nuestro entorno. Si aquí no tenemos información que nos satisfaga o interese, nos tiramos de cabeza en busca de información a través de Internet. En lugar de buscar información de primera mano en los profesionales nos documentamos con lo cualquiera nos pueda transmitir. Por supuesto, esto es aún más trascendente cuando se trata de cuestiones sexuales relacionadas con la salud.
Otro de los problemas sexuales typical spanish no sabes es la fijación por mantenerse más tiempo en la cama. Parece que la única forma de medir la hombría tiene que ver con la cantidad de horas, minutos y segundos que se permanezca en acción. Si, además, puede ser con una erección imponente, mejor que mejor. No estaría de más que entendiésemos de una vez por todas que la sexualidad no es simplemente el ratito de la penetración. Desde luego, si queremos mejorar sensiblemente nuestra vida sexual deberíamos, cuanto antes, entender este extremo
Como todos habremos pensado desde el comienzo de esta entrada, el tamaño del pene no es algo de lo que un español de verdad se pueda olvidar. Está en la cabeza de todos. Es prácticamente imposible encontrar a un varón de nacionalidad española que no considere que el tamaño del pene es absolutamente determinante a la hora de valorar la calidad de un encuentro sexual. Una vez más, Estamos profundamente equivocados.