La clismafilia es una de las prácticas sexuales más extrañas que conocemos. Está claro que el ser humano es capaz de casi todo por disfrutar de su sexualidad. Y no cabe ninguna duda de que eso es algo bueno. La diversidad que podemos encontrar en el ser humano a la hora de mantener relaciones sexuales es realmente sorprendente. Existen todo tipo de variedades respecto a las conductas y hábitos que se puede mantener durante un encuentro sexual. Y no debemos dudar que la clismafilia es un claro ejemplo de todo esto.
La clismafilia es la parafilia que consiste en conseguir placer sexual al introducir líquidos en el propio ano. No cabe duda de que, al menos, a muchos de nosotros nos puede resultar sorprendente esta práctica. Sin embargo, es mucho más practicados lo que podemos llegar a pensar.
El problema de las parafilias no reside en lo comunes o raras que nos resulten. El problema real de determinadas prácticas está en el daño que puedan causar tanto para los demás como para nosotros mismos. Y es hay donde debemos tener cuidado con la clismafilia. Esta práctica puede ponernos en peligro.
No hace demasiado tiempo conocimos el caso de un hombre cercano a los 30 años de edad que se había introducido un enema con poliepóxido. El problema es que este líquido, al mes que hacer con un agente catalizador se vuelve solido. A esta persona tuvieron que sacarla del recto una barra sólida de 16 cm de largo y más de 300 g. No conocer las propiedades del líquido que uno mismo se introduce por el ano puede resultar realmente peligroso.
Bien es cierto que existe un buen número de líquidos que si son compatibles con esta actividad y, a la vez, con nuestra propia seguridad. De hecho, algunas de las personas que practican la clismafilia utilizan líquidos comprados en farmacias de los que son utilizados, Por ejemplo, por los cirujanos antes de determinadas operaciones quirúrgicas en las que el ano o el recto juegan un papel importante. El uso de este tipo de sustancias, siempre que se haga con moderación.