El frotismo es una parafilia que consiste en la consecución de excitación a nivel erótico a través del rozamiento de los genitales y otra parte del cuerpo con otra persona. Existen variaciones sobre esta misma parafilia. En algunas se cuenta con el consentimiento de la otra persona. En otras, no. Como en todas las parafilias, le excitación sexual se consuigue a través de una acción determinada. En este caso se trata del roce. Ya se sabe: el roce hace el cariño. El refranero popular siempre tiene una perlita preparada para cualqueir circunstancia que nos toque vivir.
Generalmente, la persona que disfruta con el frotismo, suele actuar en lugares públicos. Los lugares especialmente concurridos son los más utilizados para llevar a cabo este tipo de prácticas. De esta manera, los transportes públicos como el metro o el autobús son especialmente usados. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, las horas punta, es decir, aquellas en las que concurre un mayor volumen de pasajeros, son las más adecuadas para que estar personas alacancen sus objetivos.
Cabe descatar en este tipo de parafilia que la persona que practica el frotismo no espera una relación sexual posterior. De la misma manera que ocurre con los exhibicionistas, el placer sexual concurre, exclusivamente, en realizar la acción. Nada más. No se trata de que sea el prólogo de una acción sexual posterior.
Generalmente, este tipo de práctica concluye con la realización sin más de las misma. En ocasiones, una vez finalizada, el frotista busca la intimidad para masturbarse en solitario. Nada más. No busca otra interacción sexual con la personas a la que asalta más que el roce furtivo.
Hemos de tener muy claro que el frotismo, cuando no se tiene el consentimiento de la otra personas, puede llegar a ser, incluso, un delito. Más allá de la sensación de placer que cause a alguien, se ha de tener muy presente que la frontera que nunca se ha de atravesar en materia de parafilias sexuales está en el código penal. De esta forma, es preciso que para poner en marcha esta práctica sexual, se tenga la autorización de la persona con la que la llevaremos a cabo.