Los miedos sexuales son un asunto que siempre fue tabú. Y lo continúa siendo. Se trata de un asunto que tratamos de esconder. Si no hablamos de ello, es como si no existiera. Sin embargo, en realidad no funciona así la cosa. ¿Verdad que no? Esconder las cosas no hacen que no existan. La realidad es que hombres y mujeres hemos tenido miedos sexuales. No debemos olvidar que, a veces, es más sencillo tener sexo que hablar de nuestros miedos en pareja. Y eso no debería ser así. De hecho, la comunicación sexual es algo que debería darse en todas las parejas.
No es relevante el tiempo que llevemos en pareja. Siempre se mejora a nivel sexual cuando la cominucación está presente. A menudo somos capaces de hablar con nuestra pareja de todo menos de nuestra vida sexual. Incluso suele ser más sencillo hacerlo con nuestros amigos que con nuestra pareja. Por supuesto, que esto no puede ser así. Nuestros miedos sexuales solo están ahí para ser superados. Y la comucación es la mejor arma contra ellos.
Si nos sentimos dominados por los miedos sexuales, la comunicación sexual se vuelve más complicada. Y no debemos permitir que así sea. Suele suceder que no utilizamos la técnica de la comunicación más que cuando estamos ante un problema que se nosha ido de las manos y su solución es ya miy complicada. Y es que la falta de comunicación suele hacer más graves los problemas.
No debemos olvidar en ningu momento que la sexualidad es algo natural. Totalmente natural. Se trata de algo inherente al ser humano. Somos animales sexuales por naturaleza. Por lo tanto, no deberíamos tener ningún tipo de miedo a enfrentarnos a nuestra propia sexualidad a partir del diálogo con nuestra pareja. Cuando esto lo tenemos claros y se da, es más sencillo hacer frente a nuestros miedos sexuales.
Los miedos sexuales, generalmente, suelen estar en nuestra imaginación. Al menos, en un comienzo. Es posible que si nos abandonamos y no se tratan, el problema crezca exponencialmente. Por eso resulta tan importante desmontarlos en una primera fase. Cuando son pequeños.