Escoger tu propio modelos sexual es algo imprescindible. Al menos si lo que queremos es alcanzar una sexualidad plena. ¿Es algo que te hayas planteado alguna vez? Probablemnte, la respuesta sea no. Si es así, deberías replanteartelo todo. Muchas veces seguimos por inercia los patrones establecidos en la sociedad que nos toca habitar. En materia sexual, también suele suceder así. Sin embargo, para disfrutar plenamente de nuestra propia sexualidad es preciso escoger tu propio modelo sexual.
Tu modelo de sexualidad es el que integra todas las cuestiones que tienen alguna relación con tu forma de vivir y experimentar el sexo. En este modelo influyen diferentes variables. Desde las ideas y creencias que uno pueda tener hasta la cantidad y calidad de información con la que se cuente. Por supuesto, pasando por tus preferencias sexuales, las prioridades que asocias a la sexualidad y todo ello son dejar de una lado tu propia manera de expresarte.
Si nos ponemos a teorizar sobre los modelos básicos que se han ido estableciendo a lo largo de la historia podemos mencionar algunos que actualmente conviven entre sí. El modelo falocrático, el preventivo, el permisivo y el integrador. Desde cualquiera de ellos podemos experimentar nuestra propia sexualidad para diseñar nuestro propio modelo sexual.
El denominado modelo falocrático está basado en la perspectiva reproducitiva. Basa la sexualidad en la genitalidad y en la penetración vaginal heterosexual. La mayoría de los problemas sexuales de nuestra sociedad están basados en la in¡mplantación de este arcaico modelo.
El modelo preventivo es que que está centrado en la prevención de enfermedades de caracter sexual. Aún siendo imprescindible guardar todas las precauciones en este sentido, es excesivo condicionar toda la actividad sexual a esta limitación sin tener en cuenta ningún otro factor.
El modelo permisivo fue el primer gran avance en cuanto a derechos sexuales se refiere. Dotó a la sexualidad de una nueva visión global más amplia. Supone la aceptación de la diversidad. Sustituyó el modelo de prohibición sistemática de lo diferente por otro en el que se aceptaba también al diferente.
El modelo integrador es el que podemos definir como más completo. Es capaz de integrar diferentes aspectos que son también responsables a la hora de configurar la sexualidad humana. Principalmente, respeta el hecho de que cada persona sea diferente, aceptando la diversidad como elemento fundamental de la raza humana. También en materia sexual, por supuesto.