Lo difícil no es querer montarte un trío con tu mujer y su mejor amiga. Ni siquiera desearlo. Para eso todos estamos preparados de serie. Lo difícil, realmente, es cómo planteárselo a tu pareja para que no solo no te cruja sino que, además, sea receptiva. La experiencia de sexo grupal más practicada en el mundo es el trío. Pero, seguramente, ese argumente no sea suficiente para que tu pareja acceda a practicarlo.
Lo primero que hemos que tener en cuenta es que, a veces nos equivocamos. Hay ocasiones en que creemos conocer tan bien a nuestra pareja que estamos seguro de lo que respondería ante cualquier cuestión. Y a veces nos equivocamos. Sucede que las mujeres también tienen curiosidad por tener experiencias nuevas en el mundo del sexo y que a ellas, generalmente, también les atrae la idea del trío. Otra cosa es que quiera que tú participes.
Si somos conscientes de que las mujeres también se sienten atraídas por determinadas experiencias sexuales grupales, quizás sea más facil pantearle a nuestra pareja participar juntos en un trío. Si, además, lo hacemos desde la comprensión por su postura, sea la que sea, y desde las ganas de descubrir la experiencia de forma conjunta, puede que estemos más cerca de alcanzar nuestro objetivo.
Evitar las presiones resulta fundamental para alcanzar el sí en una propuesta de trío a tu pareja. Una buena idea es soltarlo en un momento de absoluta tranquilidad e implicación. Hacerlo después de una intensa sesión de sexo es una opción. Y no esperar una respuesta. Más bien, plantearlo como una fantasía sexual que disfrutar de forma conjunta. Y, a partir de ahí, dejar pasar el tiempo. No falla nunca.
Lo más probable es que ella comience a fantasear con la idea de forma clandestina y sin confesártelo. No importa su primera reacción. Esto sucederá. Y llegará un momento en que ella tenga más deseo que tú de cumplir con esta experiencia. La designación de la tercera persona suele ser un problema mayor para la pareja que el hecho en sí de acordar llevar a cabo el trío.