El masaje vaginal es un bien preciado. No todos los hombres lo saben, pero las mujeres llegan al orgasmo con más facilidad mediante la estimulación del clítoris que a través de la penetración. Sin embargo, no cualquier técnica es útil para jugar con el clítoris. En el sexo hay que innovar. De eso no cabe duda. A la hora de dar un masaje vaginal, también. A continuación, te desvelamos un conjunto de técnicas para que juegues de la forma más agradable con los dedos. Seguro que los agradeces. ¿No crees?
Una técnica de masaje vaginal es el masaje labial. Hay que poner una mano bien lubricada sobre los labios de la vagina con los dedos hacia el ano y moviéndola hacia el ombligo. Explora los labios internos y externos con los dedos. Frota los labios exteriores con el pulgar y el índice.
Haz lo mismo con los labios interiores. No tendrán palabras. Serás el rey de la fiesta. Sin duda. Repite cuantas veces quieras. Harás que la experiencia sea inolvidable.
Otra técnica de masaje vaginal es el uno, dos y tres. Hay que introducir los dedos índice y medio dentro de la vagina y arquear el pulgar hasta alcanzar el clítoris. Los resultados son estupendos. Triunfas seguro.
Una técnica no muy conocida es el «pulse aquí para empezar«. Para poner en práctica esta técnica, es necesario introducir un dedo de manera profunda en la vagina y cuando esté bien lubricada, introducir un segundo dedo. Mientras tanto, hay que poner el pulgar cubriendo el ano pero sin penetrar, ejerciendo una ligera presión. Mientras, se mueven los dedos. ¿Suena bien? Las sensaciones son aún mejores.
La técnica del «copiador» es muy sencilla. El arte de copiar se extiende entrelas sábanas. Esta técnica puede ser de lo más excitante. Para ponerla en práctica lo tienes que hacer en pareja. Tu pareja debe colocar sus dedos sobre su sexo tus mientras te masturbas. Después, al revés.
Por último, hablaremos de la técnica de la «luna creciente». Lo mejor si quieres ofrecer una doble estimulación. Introduce el pulgar en la vagina mientras con la mano cubres el clítoris. Los dedos se disponen a lo largo de la montaña de Venus. En esta posición hay que estimular el techo de la vagina y, por tanto, el punto G interno.