El mundo del BSDM apareció con fuerza en nuestra sociedad, al menos desde que encontramos en nuestras librerías el famoso 50 sombras de Grey. Parece que la sexualidad de muchas parejas y de muchas mujeres ha cambiado. Excluyo aquí otras opiniones sobre el libro y el que las mujeres se enamoran del poderoso Grey, pero este bestseller nos ha dado un abanico de ideas sobre algunas prácticas sexuales que podemos enmarcar dentro del BDSM y muchas veces despiertan nuestra curiosidad. Para los que deseen saber un poco más sobre este tema, vamos a hablar sobre la historia de sus orígenes.
El término BDSM apareció por primera vez en 1991 en Internet como la conjunción de dos abreviaturas, BD (bondage y dominación o disciplina) y SM (sadomasoquismo). Estas, en realidad, se habían creado, precisamente, para distinguir del BDSM, práctica marginal y bastante desprestigiada, de otras aficiones. Dado que BDSM es una palabra que abarca términos muy dispares, no es fácil dotarla de una historia que no sea el comienzo de su uso como acrónimo.
El BDSM, como conjunto de prácticas que engloba muy diferentes placeres, tiene escasas décadas de vida y se inicia cuando varias asociaciones de activistas homosexuales sado-maso de EEUU e Inglaterra tratan de crear un mismo espacio subcultural para actividades, hasta ese momento, muy diferentes, como la Dominación, el Bondage, el Fetichismo o el Sadomasoquismo. No es hasta principios de los 80 cuando el movimiento BDSM comienza a englobar también a la cultura heterosexual y lésbica, ya que podríamos afirmar que en los 70 estaba reducida al mundo homosexual.
A principios de los 90, comienza lo que hoy conocemos como el periodo de la New Guard, Guardia joven o nueva, que se caracteriza por la decidida apertura hacia el mundo heterosexual y de la homosexualidad femenina, la aceptación del fenómeno switch, personas que se sienten bien en ambos roles, la inclusión de elementos de sensibilidad interior como la dominación psicológica.
Por otra parte, el prestigioso experto en el tema Robert Bienvenu, catedrático de sociología en la universidad de Indiana, Estados Unidos, cuestiona esta historia del origen del BDSM y expone una visión alternativa que, según él, se asienta sobre tres pilares: el fetichismo europeo de finales de los años 20, el norteamericano, desde 1934, y el Movimiento Leather a partir de los años 50.