Continualmos, tras el éxito de la entrada anterior, hablando del mundo de las parafilias. El término «parafilia» desde un punto de vista etimoógico está formado por las raíces griegas par: «al margen de», y filis: «amor». Significaría pues «amor al margen», excéntrico, en el sentido de estar fuera del centro normal, es decir, menos habitual que la media. Obviamente, la supuesta normalidad o anormalidad es cultural, personal y subjetiva, más aún en gustos y prácticas que tradicionalmente se suelen mantener en la esfera privada e íntima.
Hoy no existe ningún consenso entre lo que se puede considerar «normal» y menos normal o parafílico, ni entre intereses sexuales inusuales y parafílico. Hoy en día no considera parafilias la masturbación, la homosexualidad ni la transexualidad, si bien esta última en algunas publicaciones todavía aparece como parafilia. Hay clasificados tres grados en cuanto a la profundidad de la parafilia, según la Asociación Mundial de Psiquiatría: mínimo, acentuado y dependiente. Si una parafilia causa malestar a la persona que la presenta o bien en caso de que provoque problemática social o legal, puede ser objeto de tratamiento psicológico o psiquiátrico.Según alguna literatura psiquiátrica, en la medida en que una determinada parafilia se hace más dominante o exclusiva, sobre todo si afecta a la libertad o los derechos sexuales de otras personas o si provoca problemas sociales en su entorno, se puede empezar a considerarse las problemáticas. Otros enfoques separan y consideran directamente como problemas, si aparecen y en cualquier circunstancia, parafílico o no, el ataque a la libertad de otro o cada uno de los eventuales problemas sociales que pueda tener una persona
Las parafilias, actualmente, en el mundo occidental suelen ser consideradas desviaciones sexuales o perversiones sexuales cuando son llevadas al extremo. Aunque aún se pueden tratar de esta manera en algunas publicaciones donde se hacen juicios morales. Habitualmente, sin embargo, en este tipo de publicaciones deben aclarar después de que un cierto grado de parafilia es completamente normal.
Algunos consideran que las parafilias pueden formar parte de la sexualidad normal de las personas pero puede convertirse en patológica cuando deviene la única fuente de placer sexual.