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El sexo y la higiene

El sexo y la higiene, sin duda, han de ir de la mano. Para poder mantener relaciones sexuales satisfactorias resulta absolutamente imprescindible que el nivel de higiene de las personas que lo practican sea totalmente escrupulosa.  Es cierto que muchos de los aspectos que están relacionados con la higiene provienen de la cultura. En algunas culturas, algunas prácticas se consideran absolutamente normales e, incluso, deseables, y, en cambio, en otras culturas ser consideradas absolutamente antihigiénicas. En cualquier caso, un cuerpo limpio, independientemente del concepto cultural de higiene que predomine en el lugar del mundo en el que vivamos, suele ser siempre apreciado.

El requisito mínimo que la mayoría de las personas tiene en cuenta para aceptar un contacto íntimo con alguien pasa por que el nivel de higiene de la persona en cuestión sea adecuado. Es cierto que no todas las personas dan la misma importancia  al higiene en diferente sapotes del cuerpo. Existen personas par laos que la higiene dental, por ejemplo, resulta imprescindible mientras, por el contrario, otras no le dan la importancia que, sin duda, requiere.

Es cierto que el cuerpo humano se encarga constantemente de exhalar sus aromas naturales. Esto resulta especialmente público y notorio en las épocas más calurosas del año y, más aún, en determinadas circunstancias, como puede ser en la práctica de sexo. Debemos tener muy encienta que los efluvios personales inherentes al individuo, cuando ha pasado un tiempo prudencial, comienzan a fermentarse y a irradiar un olor nada agradable. Sin duda, los malos olores son una de las peores cosas que pueden suceder mientras estamos practicando sexo.

En cuanto a la higiene más íntima, resulta completamente imprescindible, tanto para mantener relaciones sexuales de una forma sana y satisfactoria como para mantener un nivel de salud adecuado. La falta de higiene en el aparato reproductor, tanto en hombres como en mujeres, puede degenerar en infecciones que, sin duda, pueden resultar muy problemáticas tanto para nuestra salud como para la de nuestros compañeros de prácticas sexuales. Así pues, al buen nivel de higiene general, resulta más que recomendable que la acompañemos con un buen nivel de higiene genital.

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