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La depresión y la vida sexual

La depresión, como resulta evidente a priori, es algo que debe influir de forma muy significativa en la vida sexual de cada uno. El hecho de estar, de forma temporal, algo tristes o, incluso, desaminados por alguna situación en particular es algo que, de hecho, le sucede a todo el mundo con mayor o menor regularidad. Sin embargo, este tipo de situaciones puntuales no tienen por qué afectar a nuestra realidad sexual. El problema viene cuando esta situación deja de ser puntual para repetirse con tanta asiduidad que se convierte en una situación crónica. Ahí es donde surje el problema real. Cuando esto sucede es muy probable que nos encontremos muy cerca de una situación de depresión. Si es así, sin ningún género de dudas, todas las circunstancias que rodean nuestra vida cotidiana se verán afectadas y el sexo no será, ni mucho menos, una excepción.

El patrón de este tipo de situaciones está bastante establecido. Todo empieza con una profunda tristeza que no cesa y comienza a cronificarse. En el origen podemos encontrar una situación traumática o no. El agobio que comienza a generar la tristeza sobrevenida y mantenida en el tiempo llega a deteriorar la paz interna, las costumbres y, de esta manera, empeiza a afectar a todo lo que nos rodea. Pasa el tiempo, la situación va cada vez a peor y la solución parece cada vez más y más lejos. Si en este punto no hemos caído en la depresión estamos a punto de hacerlo.

Si bien el sexo es uno de los primeros lugares en los que se nota el estado de depresión, también resulta muy cierto que puede tratarse de una excelente terapia para salir de la temida depresión o, mejor aún, de mantenerla a raya antes incluso de que terminde de manifestarse. Para ello, sobre todo, es ncesario contar con la colaboración de nuestra pareja sexual. Un buen profesional de la medicina sexual podrá asesorarnos de una forma decuada si, por alguna circunstancia, nos viésemos enviueltos en una situación como esta.

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